sábado, 26 de julio de 2014

Mesa de los Tres Reyes

Suena el despertador a las 6:00 de la mañana. Todavía no sé que se nos habrá perdido en la Mesa de los Tres Reyes para madrugar tanto. Tras un buen desayuno en el camping de Zuriza, salimos en coche por una pista asfaltada hacia el refugio de Linza. Comenzamos a andar a las 7:05.
Desde el refugio no se divisa la cima, lo que nos da una idea de la caminata que nos espera. Empezamos la subida por una senda flanqueada por prados llenos de flores amarillas y algún que otro iris... Desde aquí se ve el Gamoeta.  En la primera curva hacia la izquierda, divisamos al fondo un arroyo que cruzamos. Desde este punto ya vemos el Petretxema.
Seguimos ascendiendo y llegamos a una zona más rocosa antes de virar a la izquierda de nuevo donde parte el camino hacia el Petretxema, que dejamos a la derecha. Desde aquí, podemos ver ya la cima de la Mesa. 
Más adelante nos adentramos en un paisaje kárstico, donde a penas hay vegetación. El camino está marcado por innumerables hitos, tantos que a veces hacen difícil saber por donde ir. Tras este tramo paramos para reponer fuerzas e hidratarnos. El sol comienza a calentar. La cima todavía se ve lejos. Proseguimos el ascenso por un camino rocoso, atravesando algún nevero, hasta llegar al collado de la Mesa.
En este punto, nos damos cuenta de que sólo eran tres reyes, y que nosotros somos cuatro. Jordi se ofrece a esperarnos en el collado, no vaya a ser que no nos dejen entrar a los cuatro. El último tramo es empinado y hay que trepar. El camino no está claro en algunos tramos. 
Por fin llegamos a la cima, donde parece ser que había muchos más que Tres Reyes, a decir verdad no se podía dar un paso sin pisar a alguien. Como esto siga así vamos a tener que empezar a sacar entradas numeradas para subir al monte. Después de las fotos de rigor en la cima, comenzamos el descenso, con mucho cuidado. Siempre resulta más fácil avistar el camino en la bajada.
Jordi guía la destrepada desde abajo. Para Nuria empieza el sufrimiento, ¡bajar!. Paramos para comer un poco, o un mucho antes del karst. Parece que vinieramos de una romería, la senda está concurrida por los que ya bajamos y por otros que no han madrugado tanto y todavía están subiendo. 
La bajada se hace larga y pesada pero Eduardo y Jordi la amenizan con un repertorio de canciones de lo más retro. Pensar en la Venta de Juan Pito y las migas de pastor que nos esperan para la cena, nos da fuerzas para seguir el descenso.  
Al final llegamos a Linza donde refrescamos el gaznate con unas buenas cañas. ¡Otra aventurilla para contar!.
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sábado, 12 de julio de 2014

San Tirso desde la ermita de Okon

El sol por estos lares es caro de ver, incluso en el mes de julio, por eso la salida que teníamos planificada a Aitzgorri, la posponemos para cuando a Don Lorenzo se le ocurra pasar unos días por allí. Pensando que hacia el sur siempre hay más posibilidades de acertar con la meteorología, decidimos ir a San Tirso desde Bernedo.
Muy tempranito, los cuatro socios honorarios de este nuestro club nos dirigimos en coche (de nuevo no ha hecho falta contratar autobús) al pueblo de Bernedo, pero parece que el sol no ha querido madrugar allí tampoco. Jordi nos asegura que a las once levantará y podremos disfrutar de bellas vistas en la cima.
Dejamos el coche en el parking de la ermita de Nuestra Señora de Okon. Desde allí atravesando el parque infantil comenzamos la subida, bastante empinada al principio, por una senda que nos lleva a internarnos en un hayedo. El camino es sombrío, aspecto éste que no viene a cuento pues el sol todavía no se ha dignado a salir. Está bien señalizado.

Encontramos varios cruces de otras sendas que recorren la zona (Villafría, carboneras, caleros...). 
Tras dejar el hayedo, enseguida encontramos el Bonete, una mole de piedra que se alza como un menhir, de los que transportaba Obelix pero a lo grande. 
Casi al lado hay otra pequeña ermita, esta vez incrustada en la roca. Está bastante descuidada. La verja de dentro está rota y tirada (o caída) en el suelo. En ella se encuentra una figura de San Tirso. 
Es en este punto cuando la senda se convierte en una pequeña trepada sin dificultad, pero que con humedad o lloviendo hay que subir con los cinco sentidos en los pies y las manos (y a veces en el trasero). 
Al final llegamos a la cima donde (a pesar de la predicción de Jordi) las únicas vistas de las que podemos disfrutar es la del gallo rojo chillón y su veleta que guardan la cumbre y la de un supuesto precipicio bastante incierto, ya que debido a la espesa niebla no se acierta a ver un burro a tres pasos. Son ya las 11 y Lorenzo sin salir. ¡A lo mejor le ha dado hoy por irse a dar una vuelta a Aitzgorri!
Tras una destrepada sin percances, Chelo y Nuria se dedican a recolectar las fresitas silvestres que han guardado a la subida en sus GPS de serie. Parece ser que las mujeres tienen un instinto recolector más desarrollado que les permite discernir más tonos de color que a los hombres, debido a esta primitiva tarea de recolectar hombres frutos maduros.
Una vez abajo, sin habernos perdido ni una sola vez (¡increible!), nos queda la ardua tarea de buscar algún bareto para que nos pongan un par de huevos fritos con lo que sea menester: el primer intento en Bernedo fallido. Atravesamos en coche la Montaña Alavesa y llegamos a Maestu, donde nuestros deseos se hacen realidad: comemos huevos fritos y sale el sol.
De común acuerdo decidimos repetir la experiencia de San Tirso (y de los huevos), pero eso sí, ¡un día soleado!
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sábado, 5 de julio de 2014

Zuia bira 2014

Arabamendi no podía faltar a la cita del Zuia Bira 2014. En esta ocasión Atzabal mendi taldea ha preparado dos recorridos, uno largo (43 km | desnivel +1700) y otro corto (26 km | desnivel +1200). Como los años no perdonan, estimamos conveniente apuntarnos al recorrido corto... Al día siguiente celebramos tan acertada decisión.


La salida estaba programada a las 7 de la mañana, por lo que a las 6,30 ya estábamos en la plaza del Ayuntamiento de Zuia para formalizar la inscripción. El ambiente festivo que se respiraba compensaba el madrugón...


Había participantes que se les veía muy preparados, y habían elegido a conciencia ropa, calzado y alimentación... Otros, optaban por un look más clásico y no llevaban una ropa tan técnica...


El recorrido partía de Murgia, para dirigirse a Sarria y al Parketxe. Depués debíamos tomar la senda de Altube para subir las tres Burbonas y bajar a Aldarro, donde nos esperaba el avituallamiento. Esta primera parte del recorrido está suficientemente referenciada en un post de zapateAndo, por lo que no vamos detenernos en su descripción.


Los del Arabamendi, como no podía ser de otra forma, fuimos un poco a nuestra bola. No nos conformamos con desviarnos del recorrido corto para hacer 2 kilómetros del largo (si no nos avisan aparecemos en Ziorraga), sino que además pasamos olímpicamente de las balizas y subimos a la tercera Burbona por el camino de siempre... Nosotros subíamos por donde el resto del personal bajaba...


Tras trece kilómetros de recorrido llegamos a Aldarro donde nos esperaba un estudiado avituallamiento para reponer fuerzas: bebidas deportiva, frutos secos, fruta fresca, pasta...  Como podemos ver en la imagen, el grupo de Gilierna perece que pasó olímpicamente de las bebidas isotónicas... Incluso alguno se atrevió a encender un farias después del almuerzo.


Tras el almuerzo nos dirigimos al Berretin... Aunque no había que llegar hasta la cima, la fuerte pendiente que había que salvar hasta llegar al cruce de Markina comenzó a hacer mella en los caminantes... Bueno, mejor dicho, en algunos de nosotros, ya que otros pasaban corriendo como si fueran a perder el tren...


Para acabar la jornada, solo restaba descender desde el Berretin hasta Markina y llanear hasta Sarria y Murgia. Y como no podía ser menos, la organización nos había preparado otro almuerzo que ahora sí degustamos con la tranquilidad de saber que lo que nos esperaba después era el sofá de casa. Zorionak!





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